Desde muy joven, Gilbert Becaud dominó la canción francesa durante casi cuarenta años, convirtiéndose, junto a Charles Aznavour, en la referencia y el mito del vecino país galo. A principios de los sesenta grabó su celebérrima canción "Et maintenent" (por la que siento un amor incondicional), y fue tal el éxito que alcanzó, tanto en Francia como en España e Italia, que a partir de ahí decir Becaud es decir calidad y virtuosismo. En su larga carrera subió a lo más alto de los éxitos de ventas y críticas temas como "Lo importante es la rosa", "Cuando murió el poeta", "Yo partiré", "Nathalie", "Un poco de amor y de amistad", "Te amo", "Septiembre amor", "Murió el amor"...y un larguísimo etcétera, que cantó en francés y en español. Triunfó en el Olympia de París en multitud de ocasiones, dio la vuelta al mundo con giras en las principales ciudades y hasta intervino en alguna película del director Claude Lelouch. Su fama de conquistador le persiguió toda su vida. Recuerdo un film de Lelouch en el que, tras de un concierto, una jovencita histérica le gritaba llorando: "¡¡Monsieur Becuad, le amo!!". El divo, sin inmutarse, respondía: "Señorita, es muy fácil enamorarse de Gilbert Becaud".
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