Manuel Alejandro es el nombre artístico de Manuel Álvarez-Beigbeder Pérez, compositor universal nacido hace 92 años en El Puerto de Santa María, cuna de artistas. Ha escrito más de 600 canciones, sobre el amor y el desamor. Algunos de ellas con la que ha sido su referente e inspiración, su mujer, Purificación. Ella murió hace dos años de COVID-19, en el hospital, y desde entonces se emociona cada vez que la recuerda.
Es universal porque sus canciones han recorrido medio mundo y todos, sobre todo los que pertenecemos al mundo latino, las entonamos nada más oírlas. Porque ¿quién no se sabe el estribillo de “Voy a perder la cabeza por tu amor”, “Yo soy aquel”, “Como yo te amo”, “Qué sabe nadie” “Digan lo que digan” o “Procuro olvidarte”? Esta última, por cierto, que la han cantado artistas como Hernando Zúñiga, Raphael, Rocío Jurado, Ricardo Montaner, El Puma, Isabel Pantoja, María Dolores Pradera, María del Monte o José Vélez, entre otros, fue también el tema principal de la película “Quien te cantará” interpretada por Najwa Nimri y Eva Llorach. El tema para esta cinta lo cantó Amaral junto a la actriz Najwa Nimri. Y otra curiosidad, gracias a esta canción, la hoy famosísima Aitana hizo llorar en la Gala de OT 2017 a Mónica Naranjo, miembro del Jurado.
Se acuerdan seguramente de aquella joven inglesa llamada Jeanette que cantaba “Yo soy rebelde”, una canción que entre otras muchas escribió nuestro compositor. O como la de “Frente a frente” que años después versionó Bunbury, sí, Bunbury, en un vídeoclip, atención, hecho por Juan Antonio Bayona, el consagrado director de cine. ¿Sabían también que la inolvidable canción de Marisol, o Pepa Flores, “Háblame del Mar marinero” la compuso Manuel Alejandro? ¿Y que en esta ocasión sólo puso la música para el sublime poema de Rafael Alberti, su paisano?
Sus raíces en el Puerto de Santa María
Porque Alberti nació en el Puerto de Santa María, esa pequeña ciudad costera pegadita a Jerez de la Frontera, donde nació Manuel Alejandro, y también, -hay que recordarlo-, Lola Flores y el ya mencionado José Mercé. El propio Raphael nos confiesa en nuestra entrevista que ser andaluz, él también lo es porque nació en Linares, “es un plus”. Este reportaje nos ha llevado hasta esta ciudad, famosa también por su vino fino, sus elegantes caballos y la luz del sur. En el ambiente hemos comprobado lo que días antes nos contó Manuel Alejandro. Porque él no olvida la casa donde nació, ni el barrio donde pasó su infancia y adolescencia y también la importante influencia que tuvo el flamenco, tan presente en Jerez, para su vida de “escribidor”, como a él le gusta definirse.
Guiados por sus recuerdos nos acercamos a un corral o patio de vecinos en el barrio de Santiago, prácticamente igual a como era en los años 40 o 50. Sus vecinos siguen siendo gitanos y allí uno de sus muchos artistas de flamenco, La Macanita, nos interpreta varios temas de nuestro protagonista. Lo que decían los “quejíos” y lamentos, las seguidillas o las bulerías marcaron las letras de sus canciones. Las composiciones de Beethoven, Wagner, Schumann o Bach, todos los clásicos que aprendió con su padre, forman parte de su música.
La pena de José Mercé
De ese barrio de Santiago es también José Mercé. Manuel Alejandro recuerda cuando Mercé era un niño y también cuando una Semana Santa le pidió al cantaor que fuera a su casa para cantar Saetas. Aquel día había muchos artistas en casa de Manuel Alejandro, pero José Mercé no llegó a cantar porque aquel viernes Santo su hijo adolescente murió repentinamente de una afección coronaria.
“La pena que tengo, y con esa pena me voy a morir, es que con Manuel no se dio la cosa de haber hecho un disco“
José Mercé nos cuenta, a su vez, que ha cantado junto a otros artistas flamencos muchos temas de Manuel Alejandro, pero que “la pena que tengo, y con esa pena me voy a morir, es que con Manuel no se dio la cosa de haber hecho un disco. Que me hubiera hecho diez o doce termas para poder grabarlos ¿no? No he tenido esa suerte. Hice algunas cosas con su hermano, José María; letras de algunos temas. Pero la verdad es que me hubiera gustado que me hubiera hecho un disco”.
Manuel Alejandro también nos ha contado cómo empezó su afición por escribir canciones, todo fue un accidente que le provocó un daño irreparable en el brazo para seguir tocando. Y en contra de lo que pensábamos su primera canción no es “Yo soy aquel” ni ninguna otra conocida, sino la que le dedicó a una niña de 14 años cuando él tenía 16. “Para ti Conchita”, una letra inédita hasta ahora que narra aquel amor imposible, por la imposición de la familia de ella. Hoy, Conchita Navarro es una mujer de 84 años que aún recuerda aquel amor de juventud.
La relación con Raphael
Con 20 años se fue a Madrid a probar fortuna. Cuando él y Raphael se conocieron cambió el rumbo de ambos. Raphael era solo un jovencito de unos 15 años, y Manuel tocaba en bares pocos recomendables para la época. Paco Gordillo, el amigo, y más tarde manager de Raphael, los presentó y colaron al niño Rafael Martos en aquellos locales donde aún, por su edad, no podía entrar. Su flechazo profesional duró mucho tiempo, el tiempo para que ambos consagraran su demostrado arte. Manuel para escribir y componer canciones, Raphael para cantarlas y hacerlas inolvidables.
Solo acompañó a Raphael en una gira por América. Como el propio Raphael nos cuenta, eran parecidos y al mismo tiempo muy diferentes. Entre otras razones porque el oficio de Manuel era escribir, necesitaba estar en casa, lejos de los focos, del ruido…Pero su talento lo demandaban también grandes artistas del otro lado del atlántico como José Luis Rodríguez, El Puma, Hernaldo Zúñiga, Emmanuel, José José o Luis Miguel. Claro, que a este lado le esperaron artistas de la talla de Julio Iglesias, Rocío Jurado, Isabel Pantoja, Nino Bravo…Y decimos lo esperaron porque Manuel Alejandro nos asegura que a cada disco le dedicaba el tiempo que necesitaba, nunca tuvo prisas, por eso nos dice entre risas que siempre vivió “del anticipo”.
Ahora con 92 años y, después de cantar y contar algunos de sus más famosos éxitos en el Teatro Real, escribe su autobiografía titulada como una de sus canciones: “Te voy a contar mi vida”. Y le preguntamos de dónde saca tanto sentimiento, tantas historias y nos contesta: “Como digo en mi libro, en la Universidad del Amor”
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