Emotiva despedida de Julio Iglesias a Lola Flores, cuando ya era de todos conocidad la enfermedad que acabaría con la vida de la Faraona. Cantan juntos un tema compuesto para la ocasión por José Luis Perales, y aunque el empaste de las voces es deficiente, el valor emocional de la actuación es enorme. Lo único que sobró fue el comienzo: NADIE debe arrodillarse ante nadie.
"Yo soy un velero en la playa
que al nacer la mañana
se hace a la mar
y voy amando a la vida
deshojando momentos que no volverán
Yo soy corazón de guitarra
tengo fuego en el alma
y moreno de sol,
tengo sangre gitana
y en mi boca la pena
se convierte en canción.
Somos dos caminantes buscando la luz,
somos dos caminantes heridos de amor
y soñamos un sitio adonde llegar
y cambiamos la vida por una canción,
Conocemos el llanto y la soledad
y también ese aplauso que te hace vivir,
nos pasamos la vida de acá para allá
esperando un minuto donde ser feliz."
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