Durante la década de los 80 y 90, hubo un grupo de electro-pop español que se convirtió en todo un fenómeno no solo en su país de origen sino también en Latinoamérica. Nos referimos a Locomía, la banda cuyos integrantes marcaron la diferencia no solo con sus voces, sino también por sus atuendos, ya que siempre lucían abanicos y hombreras de diferentes colores y diseños.
Si bien, alcanzó la cima por sus delirantes temas y grandiosas presentaciones durante sus giras, la agrupación cayó en el olvido con el paso de los años. A pesar de ello, quienes la escucharon, ya sea porque vivieron esa época o porque quedaron encandilados con su forma poco convencional de alcanzar el estrellato esas décadas, te contamos cómo fue su auge y caída.
Transcurría 1984 y Xavier Font se instaló en Ibiza tras abandonar Barcelona, con el único propósito de crear una “tribu urbana”. Él vivía con su hermano Luis, su novio holandés Gard Passchier y Manuel Arjona, con quienes diseñaba extravagantes prendas que lucían en el KU Club, meca del hedonismo patrio de los ochenta. Hasta que un día fueron contratados por el dueño del local para bailar y entretener al público.
El nombre del grupo surgió luego de que Gard, quien era pareja de Font, no pudo pronunciar bien “mi locura” y terminó bautizando a la banda como Locomía. Todo marcha bien entre ellos, pero comenzaron a despertar celos y envidia en la isla, tanto así que una noche quemaron intencionalmente el lugar donde vivían. A esto se sumó los problemas de drogas que empezó a tener Manuel y el reemplazo, en 1987, del holandés por Carlos Armas, quien comenzó un romance con Font. Al poco tiempo abandonan Ibiza.
Tras verlos en escena, el ejecutivo discográfico José Luis Gil quedó maravillado con el grupo, que movía masas con sus movimientos y prendas extravagantes. Fue así que les propuso formar una boy band de música para bailar y destacar internacionalmente. Ellos aceptaron y viajaron a Madrid, donde recibieron clases de baile. Luego fichó al productor Pedro Vidal y sustituyó a Luis Font por Juan Antonio Fuentes.
En 1989, la agrupación lanzó su primer disco “Taiyo” (Sol, en idioma japonés), el cual incluía su primer sencillo “Locomía”, que fue muy conocido en todo el mundo, llegando a vender más de 60.000 copias en un trimestre y un disco de oro. De ahí en adelante siguieron temas como “Rumba Samba Mambo” y “Gorbachov”.
Después dieron su gran salto a Latinoamérica, donde tuvieron un éxito rotundo. Xavier decide dedicarse de lleno al manejo de imagen del grupo, siendo reemplazado por Francesc Picas, modisto y estudiante de periodismo. La fama los siguió y ganaron discos de oro y platino. Si bien, el público gay los adoraba, ellos habían recibido las instrucciones de mostrarse ambiguos respecto a su sexualidad en las entrevistas. “La ambigüedad es comercial. La definición del sexo, en un proyecto musical, limita el público al que tú te vas a dirigir. Lo excluyes antes de haberte escuchado”, dijo en la serie documental José Luis Gil.
A raíz de que prácticamente fueron obligados a ocultar sus preferencias sexuales, “en Argentina, México y Chile, sobre todo, el fenómeno fan era muy heavy”, contó a Cinemanía Carlos Armas, quien fue el sex symbol del grupo.
Aparentemente todo iba bien con la agrupación, pero las peleas entre Xavier Font y Carlos empezaron a ser constantes. A esto se sumaban las diferencias que el fundador del grupo tenía con Gil, algo que no soportó y terminó por alejarse. En 1991, lanzan su segundo disco, “Loco Vox”. Para ese entonces, el mánager recibió una oferta para que Locomía vaya a conquistar al mercado estadounidense.
Xavier Font, al haber perdido el control de todo, le dijo a los integrantes de Locomía que Gil les estaba robando, algo que consideraron una traición; a eso sumó que ellos no podían hacer algo por voluntad propia porque debían esperar la autorización de su mánager. A través de un comunicado, dieron a conocer que se desvinculaban de la compañía y sus compromisos.
Tras este incidente, Gil demandó a Font por la propiedad de la marca Locomía, la cual les imposibilitó de presentarse como grupo haciendo que se disolvieran en 1993. Años después, la demanda fue resuelta a favor de Xavier, por lo que Gil rescindió el contrato de los integrantes de aquel entonces, aunque este último posee los derechos de las canciones”
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